Cuando surge un encuentro entre la imaginación y la realidad que “vemos”; una de las dos partes trata de imponerse, produciendo un encuentro absolutamente contrario, si no sopesamos a conciencia la situación que está por presentarse; ya que el poder de dominio entre una y otra es determinante en la intensidad de la misma.
Nuestro deber ser, es tratar de analizar, lo que tal vez nosotros mismos hayamos provocado con nuestras acciones y reacciones involucrando a otros; y es en este punto donde se pone en tela de juicio, tanto nuestra integridad moral y humana, como la de quienes nos rodean y han sido afectados por la confusión de sentimientos y circunstancias que la generan.
Mirna Castillo
12/12/2006
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